lunes, 27 de mayo de 2013

- Nada -


- ¿Y qué podes hacer?
- Nada, más que llorar de bronca, de impotencia.
-¿Acaso cambia algo?
-Nada, ya que su insensatez no le permite ver más allá de la punta de su nariz
- Entonces ¿De qué sirve?
- Para nada, más que desahogar la congoja me produce el eco de su voz.

- ¿Y qué esperas?
- Nada, solo un milagro.

- ¿Para qué volviste?
- Es que nunca me fui.

- ¿Y por qué no lo hiciste?
- Por miedo a desaparecer.

- ¿Desaparecer de dónde?

- De sus sueños.