Todo el mundo sabe que la incertidumbre es lo que al hombre mata.
¿Qué hay peor en esta vida que el no saber?
No saber que piensa de nosotros la persona del otro lado de un escritorio al hacernos una entrevista laboral, esa compañera de trabajo que te mira de reojo cuando llegás tarde al trabajo, la persona que uno quiere cuando se llama a silencio, etc.
Creo, y fehacientemente, no ser la única que, en más de una ocasión deseó tener poderes sobrenaturales para poder leer mentes para saber exactamente que estaba pasando en la cabeza de la persona en frente mío cuando lo único que recibimos es LA NADA.
Debo reconocer, también, que siempre creo que el motivo de ese silencio, soy yo. Que me mandé alguna cagada o dije algo inapropiado que causó esa reacción y me mata.
Me mata el hecho de no tener respuestas a mis preguntas, me aniquila la idea de sentir que las cosas o personas o, porque no, sentimientos cambian por obra mia.
¿Cómo hace una persona para vivir en la duda? ¿Acaso hay una pócima de la verdad que se me pueda facilitar?
Esto de andar con el culo lleno de preguntas por la vida, un nudo en la garganta y una piedra en el estómago, en mi caso, no es fácil de sobrellevar.
¿Por qué la gente, en general, no puede ser más frontal y, cuando algo les pasa, simplemente LO DIGAN? ¿Tan difícil es?
La duda es una lenta y silenciosa TORTURA.