La vida es una gran caja de sorpresas dice el dicho y por más trillado que sea, cuanta verdad hay en estas palabras!
Uno nunca sabe cuando la más mínima acción nos puede hacer un estruendoso click en nuestras cabezas.
La más nimia situación puede provocarnos una catarata de ¿Por qués? ¿Cómos? y ¿Cuándos? que terminan evolucionando en un cuestionamiento, inocuo en un principio, y sumamente trascendental y revelador llegando a su nudo y posterior, desenlace.
Este auto-sondeo que realizamos, cuasi, espásticamente tiende a transformarse, luego y con el correr de los años en una rutina diaria casi sin darnos cuenta.
¿A qué se debe tamaña revelación?
Todo se debe a una elección.
La elección de estar bien, de llamarse uno a silencio con las cosas o gente, que en definitiva, nada nos aporta, elegir ser uno con el mundo y no contra el, la necesidad de no sobresalir, sino mimetizarse con el medio.
La necesidad de darle importancia a lo que importa (valga la redundancia) y deshacernos de todo aquello que carece de significado contundente.
No sabría decir que fue lo que me llevo a esta conclusión, lo único que si sé es que elijo no hacerme más problemas por nimiedades.
Llegó una etapa de cambios, algunos positivos otros, capaz, no tanto, pero supongo que de todos ellos algo terminaré aprendiendo.
Uf! pericus!!!!! aplausos!
ResponderEliminar-correrse de quienes nada bueno nos aportan
-hacerse uno con el mundo
-que solo importe lo importante
En definitiva, correrse de lo que nos hace daño y solo aprehender lo que nos integra en lo bueno, en lo luminoso (me zarpo de parecer misitica diciendo luminoso pero realmente lo siento asi)
Sos grosa, sabelo sabelo y te adoro!
besos!
Ay, corazón! Te salió el Claudio Maria de adentro1 jajajaa.
ResponderEliminarNo creo ser grosa, solo creo que simplemente, La Caché
Una barbaridá!