Ya casi nada recuerdo de esas noches que pasamos.
De gusto a vacío se impregnaron mis labios al saber que te ibas.
Dejaste mi pelo enredado de ayeres, de tiempos mejores, cuando la pasión era ley.
Hubo un tiempo que no quise despertar, porque al hacerlo, sabía que no ibas a estar conmigo.
Hubo noches de hielo, de humo risueño y litros de felicidad, y aún así, tu cara nuna se fue de mi cabeza.
Hubo gente conmigo, caricias lejanas, besos insípidos, pero nunca arco iris ni brillo en los ojos.
Ya casi no recuedo esas noches que pasamos...
Pero basta ver mi cuerpo para entender, que te tengo tatuado en mi piel.
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