jueves, 25 de febrero de 2010

Crónica de una muerte anunciada

Corrían las 23:10 de la noche del miércoles 24 de Febrero de 2010.
La sensación térmica afuera, no exedía los 18 °C, pero en casa de Perica, el desacatado frio, no se hacia notar.

De más estaría decir que, como sigue siendo verano, me quise hacer la guacha pistola, y salí re desabrigada, por ende, cuando llegué a casa, lo único que quería era pegarme una duchita calentita.


Fue ahi, cuando empezó el dilema.

Todos saben que mi calefón me odia, se apaga, pura y exclusivamente, cuando yo entro a bañarme, ha de ser Karma o algo asi.

Mientras, me apuraba lo más que podía, para terminar de ducharme, sin que el puto maldito se apagara, decía para mis adentros..
"Seguro, este hdp, se apaga justo ahora que estoy con todo el shampoo en la cabeza, me la juego, me la juego..."

Al final, me tuve que tragar todo lo que pensaba, ya que no se apagó.

Cierro el agua caliente, con una mezcla de sentimientos, entre ganas de seguir bajo el chorro calentito de la ducha, y victoria...le había ganado la pelea a mi vil rival.


En eso, escucho un estruendo seco, y mi vieja gritando...


Me asomo por la puerta del baño, todavía en bata y con la toalla enrollada en la cabeza, para ver de que se trataba semejante alboroto.


Yo: ¿Qué pasó? ¿Por qué gritas como una loca histérica?
Madre: Nada, acaba de explotar el calefón...hay que comprar uno nuevo, la re put...(rosario de puteadas, una tras otra y sin respirar)

Cerré la puerta del baño, e hice, mentalmente, un bailecito victorioso.

Mi calefón, no soportó no haber cumplido con su cometido, por lo que decidió autodestruirse!

Comé putoooooooooo

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