Nos cansamos, puteamos, despotricamos, pero nada, nada cambia.
Me dí cuenta, después de muchos golpes, muchas caídas, que la culpa es nuestra, solo nuestra.
Odio que la gente diga por ahí, que el destino esta escrito, que en nuestro ADN, viene cargado con las cagadas que nos vamos a mandar o las cosas buenas que nos van a pasar.
Me rehúso a creer que alguien, cual plan maestro, haya escrito los millones de pasos que voy a dar en mi vida, las veces que me voy a equivocar, las lagrimas que voy a derramar, ya sean de felicidad o tristeza, etc.
¿Pero qué hacer cuando las cosas escapan de nuestras posibilidades de remiendo?
Digo, una cosa es que tú elefante te persiga, otra es que el de al lado te salpique indiscriminadamente, una y otra vez, te den ganas de gritarle "Correte, conchudo, mea tu propia cabeza, no la mía, que ya tengo suficiente"
Pero las cosas son así, a veces, el camino de otra persona, se cruza con el tuyo, vaya uno a saber porque...que decisión habremos tomado para llegar a tamaña situación.
Me encantaría poder creer que algún titiritero déspota, se divierte tirando de mis hilos, de esa forma, la culpa de todo, sería de otra persona, pero no mía, NO MÍA.
Como diría Neil Diamond en Love on the Rocks "All I want is a smile"
Me encantaría poder vivir los 365 (o 366) días del año, con una sonrisa a flor de piel, que nada me ofusque, que nada ni nadie me haga daño, convertirme en un ser, con el poder de recubrir mi alma entera con una gruesa capa de aceite, para que, cuando algo me haga mal, no llegue a mi, sino que resbale.
Bueh, me fui un poco a la mierda con todo esto.
Disculpen por el bajón de viernes, hoy me levanté medio Emo y con muchos interrogantes.
Miren lo que hace que duerma con un nudo en la garganta....¡Qué lo tiró!
¡Maldito Nicola Abbagnano, la relación hombre-mundo y el existencialismo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Decile algo a La Perica